La coliflor, Brassica oleracea var. botrytis, perteneciente a la familia de las brásicas, que botánicamente es muy próxima al brócoli. Su origen está fijado en el Mediterráneo oriental. Hasta el siglo XVI no comienza a extenderse su cultivo en Europa. El sabor característico que tiene la coliflor es debido a la presencia de un glucosinolato. Durante su cocción el dimetitlsulfuro y trimetilsulfuro desprenden un fuerte olor.
De forma general, las coliflores crecen bien con temperaturas moderadas y con humedad relativa alta. A pesar de existir variedades para casi todo el año, las de mejor calidad se muestran durante los meses de otoño e invierno. Las semillas germinan desde los 5ºC hasta los 26ºC. El cultivo presenta un buen desarrollo con temperaturas de entre 15º y 18ºC. Las variedades de invierno son altamente resistentes al frío y heladas suaves. Los vientos secos afectan negativamente a este cultivo. Su resistencia a la salinidad es moderada, igual que la del tomate o la lechuga.
Algunas de las plagas y enfermedades de este cultivo son las siguientes: