El ajo, Allium sativum, pertenece a la familia de las liliáceas. Es nativo del suroeste asiático y del sur de Europa. Desde siempre le han atribuido propiedades medicinales, contiene un aceite esencial, a base de un compuesto del sulfuro de alilo que le da el olor característico. Por otro lado, el ajo también contiene alicina, usado en farmacia por su poder bacteriostático.
Esta planta es resistente al frío, aunque prefiere los climas templados, está muy adaptado a la climatología del Mediterráneo. Su punto de desarrollo óptimo es entre los 8º y los 22ºC, con temperaturas nocturnas por debajo de los 16ºC.
Algunas de las plagas y enfermedades de este cultivo son las siguientes:
